En el distrito de Castilla, en la región Piura, José Manuel Zurita Peña, un naturista de 43 años, ha dedicado su vida a preservar una tradición ancestral que combina la fe, la naturaleza y la esperanza: los baños de florecimiento. Desde muy pequeño, José Manuel aprendió el arte de la medicina natural siguiendo los pasos de su padre, Natalio Zurita Ruiz, un reconocido curandero y naturista cuyo conocimiento llegó incluso a España gracias a periodistas interesados en sus prácticas.
La familia Zurita, originaria de Huancabamba, ha estado vinculada a la medicina tradicional durante generaciones. La madre de Natalio fue partera, y su abuelo trabajó con remedios naturistas. Hoy, José Manuel y sus ocho hermanos continúan esta labor, atendiendo a pacientes con dolencias como artritis, problemas renales, hepáticos, alergias y afecciones pulmonares. “Las hierbas tienen el poder de curar, de sanar. Es un conocimiento que heredamos de nuestros antepasados”, afirma José.
Una tradición para cerrar ciclos
Cada fin de año, la demanda de baños de florecimiento se multiplica. José Manuel atiende hasta 300 personas en vísperas del Año Nuevo, todos los clientes llegan a su puesto ubicado en el Mercado Modelo de Piura, en la sección herbolarios, en busca de renovar su energía y atraer prosperidad. Estas ceremonias incluyen hierbas especiales que crecen en las Lagunas de Huancabamba, consideradas sagradas por su pureza y poder espiritual.
“Los baños se realizan antes de las 12 de la noche o justo al cambiar el año. Ayudan a dejar atrás los malos recuerdos, la crisis económica o cualquier carga negativa del 2024, y permiten empezar el nuevo año con fe y esperanza”, explica Zurita, quien siempre comienza sus rituales con una bendición y oraciones.
Además de los baños, José Manuel prepara macerados y remedios para tratar enfermedades como el hígado graso, colesterol, bronquitis y asma. Las plantas que utiliza provienen de la costa, la sierra y la selva, recolectadas por campesinos que colaboran con él. Según comenta, sus pacientes son tanto niños como adultos que no encuentran solución en la medicina convencional.
En un año marcado por la crisis económica y el cierre de muchas empresas, la esperanza de un mejor 2025 se refleja en cada persona que acude al consultorio de José Manuel. Para él, estos rituales no son solo un acto de sanación, sino una conexión con la naturaleza y una manera de preservar las enseñanzas de sus antepasados.
“Es importante mantener la fe. Estos baños ayudan a florecer, a empezar de nuevo, porque todos necesitamos un mejor mañana”, concluye José Manuel, mientras prepara hierbas para el siguiente paciente.