El 19 de julio de este año los vecinos del otrora parque Néstor Martos en Piura [ahora Parque de las Aguas] salieron desesperados de sus casas ante el ruido seco de un algarrobo que se desplomaba. En los videos y fotos que nos enviaron se observaba cómo el árbol había cedido, debido a que tenía las raíces expuestas, en una zona donde un grupo de obreros realizaba trabajos para edificar esta cuestionada obra.
Los trabajadores, algunos de ellos sin cascos de protección, usaban sogas para enderezar el algarrobo que había cedido. En el cuaderno de obra digital, al que accedimos por la Ley de Transparencia y Acceso a la Información, ese día el residente de obra, Luis Alberto Zapata Chinchay, informó que el accidente se registró a las 5 y 20 pm y que fue “de manera imprevista”.
“Dicho árbol [N° 55] se inclinó hacia la parte exterior de la zona de trabajos en el Jr. Bernal, sin ocasionar daños personales o daño a la propiedad privada. Es preciso indicar que, al momento de la caída del árbol mencionado, no se realizaban trabajos de movimiento de suelos o compactación de terreno y la excavación que se había realizado en esa zona proyectada de estacionamiento su altura promedio fue de 20 cm”, agregó.
El ingeniero Zapata Chinchay dijo que días antes en Piura ocurrieron fuertes vientos “que han producido caída de árboles en diferentes puntos de la ciudad”. Añadió que con apoyo de maquinaria se repuso el árbol en su sitio y se le colocó puntales de madera, “considerando que sus raíces quedaron expuestas y removidas de su terreno natural”.
Más tarde, el 28 de julio, el supervisor de la obra, Joy Villarán Zagazeta, respondió a la consulta hecha por el ingeniero residente sobre el procedimiento a seguir con el árbol que se cayó semanas atrás. Villarán señaló que el incidente ocurrió fuera de horario de trabajo y que los especialistas ambientales de la obra consultaron con el especialista Max Guerra, de Serfor Piura, quien indicó que se debía retirar el algarrobo y luego reponer con un nuevo plantón. En ese sentido, el supervisor indicó que el árbol debía extraerse y le solicitó al ingeniero residente un plan de reposición.
Vecinos luchan solos contra la destrucción
Los vecinos del Parque de las Aguas de Piura no creen en la versión oficial de la contratista que señaló que el algarrobo N° 55 cedió sin razón alguna. Ellos están convencidos de que ocurrió por los trabajos de movimiento de tierras y por la propia edificación del Parque de las Aguas. “Me da tanta pena que en el Jr. Villar hay 6 algarrobos completamente secos, entre jóvenes y adultos. Ya los dejaron morir”, narró la vecina Claudia Zapata.
Por su parte, la vecina Carmen Montejo comentó: “¿Se siguen cayendo los árboles en el Parque Néstor Martos? Cada árbol ha tardado décadas en crecer para prodigarnos sombra y oxígeno, sin embargo, y pagando un alto precio a cambio de hacer un parque de las piletas y toneladas de concreto, siguen estorbando en las obras de construcción del inconsulto, impuesto y nefasto parque de las Aguas”, denunció.
Mela Salazar, especialista en gestión pública y directora ejecutiva de Vigilia Ciudadana, también cuestionó la versión oficial respecto a los árboles en el parque Néstor Martos. “¡Oh sorpresa! los árboles del parque Néstor Martos #Piura se secan solos. Es parte del plan de la MuniPiura. Después de toneladas de piedras,arena, cemento, los algarrobos se secan, y luego los cortan porque se secaron de casualidad. A quién quieren engañar. ¡Los dejan morir!”, denunció.
Con ella coincide Lourdes Aponte Calle, magíster en Ingeniería Ambiental por la Universidad de Barcelona, quien señala que la Municipalidad de Piura es juez y parte en temas de forestación y reforestación urbana. “En el Parque Néstor Martos no hay ninguna institución que defienda los árboles, Serfor solo opina, el Gobierno Regional solo tiene alcance en zonas no urbanas; hay una ordenanza que reconoce al algarrobo como patrimonio cultural, sin embargo no hay ninguna institución que prohíba su tala explícitamente”, indicó.
Y es cierto. Serfor ha realizado 4 monitoreos y visitas en la obra del Parque de las Aguas y siempre ha concluido que no existen daños a la flora y fauna del ecosistema. De hecho, en el último monitoreo, señala que de acuerdo a la Ley N°27972, Ley Orgánica de Municipalidades, el artículo 73° indica que una de las materias de su competencia de acuerdo a lo indicado en el inciso 2.9. es el establecimiento, conservación y administración de parques zonales, parques zoológicos, jardines botánicos, bosques naturales, directamente o a través de concesiones. “Por lo tanto, es competencia de la municipalidad”, indicó.
En otras palabras: la Municipalidad Provincial de Piura es la autoridad competente en la toma de decisiones que involucre el cambio, modificación o implementación de los espacios verdes (tala, extracción, poda, compensación u otros). Sin embargo, para el reconocido biólogo Paul Viñas no se pueden anteponer los proyectos de cemento y fierro [como los que impulsa la comuna de Piura] antes que la protección de las áreas verdes, en un contexto donde se necesitan más árboles.
“Serfor debería velar por las áreas verdes de la ciudad también y emitir opiniones técnicas. No se puede seguir permitiendo la tala de árboles en las ciudades, cuando necesitamos más áreas verdes. Una salida es que la sociedad civil se ponga firme y defienda los bosques urbanos”, dijo el especialista.
Parque de las Aguas sin plan de compensación
Aunque inicialmente la Municipalidad de Piura señaló que no se talarían árboles en el parque Néstor Martos, Serfor ha reiterado en su cuarto informe que sí se erradicarán ejemplares en dicho espacio. De igual forma, el supervisor de la obra, Joy Villarán Zagazeta, ha confirmado lo que la comuna provincial pretendía ocultar: sí hay y habrá tala de árboles en el parque.
“Existen individuos con defectos de formación como las especies forestales de faiques con código N° 97 y 99, y uno (01) especie forestal de algarrobo con código N° 90; por lo que se recomienda su reposición. Existen individuos que serán reemplazados, según expediente, como la especie forestal Tamarix, con código N° 67 y 69, y la especie forestal algarrobo con código N° 55. Además, la especie forestal algarrobo con código N° 54 y 56, serán sometidos a podas, se recomendó aplicar pasta cicatrizante en las heridas. Las especies forestales como el algarrobo, charán y faique son individuos del bosque seco de interés regional”, señala el informe.
No obstante, el algarrobo 55 no estaba contemplado en el expediente que menciona Serfor. Fue incluido, luego de que se cayera en julio de este año. Así lo confirmamos, luego de revisar los tres informes anteriores emitidos por Serfor. Lo más preocupante, sin embargo, es que no se investigue las causas de la caída de los árboles que, a juicio de los vecinos, es responsabilidad exclusiva de la contratista y de la Municipalidad de Piura.
“La Fiscalía Ambiental debería encargarse de toda esta problemática, pero ni siquiera ellos tienen claro su ámbito de intervención. No ven temas urbanos, habría que averiguar cuál es su alcance, pero la cruda realidad es que a la fecha no hay ninguna institución que pueda demandar el maltrato de las municipalidades a las zonas urbanas destinadas para parques”, lamentó Aponte Calle.
Por otro lado, desde mayo de este año Serfor le ha solicitado a la Municipalidad de Piura un Plan de Compensación para la reposición de las especies forestales (arbóreas y/o arbustivas) a ser extraídas, que en total serán 10. En otras palabras, le exige un programa para compensar los daños o perjuicios ambientales causados por el desarrollo de dicho proyecto de inversión.
Sin embargo, la comuna piurana no ha cumplido. Por ese motivo, en septiembre de este año, Serfor le reiteró la solicitud de brindar el acceso a la entidad supervisora al Plan de Compensación para la reposición de las especies forestales (arbóreas y/o arbustivas), a fin de ser evaluado por la Autoridad competente. Dicho de otro modo: las áreas verdes no son prioridad para la gestión municipal que dirige el alcalde Gabriel Madrid Orué.
