Por Mela Salazar Velarde – Directora de Vigilia Ciudadana
A la Municipalidad de Piura no se le ocurrió mejor idea, en este inicio de año 2024, que poner la primera piedra fallida (ya que los vecinos no lo permitieron) del “parque de las aguas” en el parque Néstor Martos de la Urb. Santa Ana.
Las diversas Juntas vecinales (Juvecos) y colectivos ambientales protestaron ante la inminente destrucción del ecosistema local ya que el expediente de obra contempla la tala de 21 algarrobos adultos que afectará también la fauna de la zona. Es decir, mientras la tendencia es apostar por ecosistemas naturales que sean pulmones de la ciudad, y que los piuranos necesitamos tanto ante el inclemente sol y calor, aquí, en aras de la modernidad emulando al circuito de las aguas de Lima, se busca alzar un parque de cemento y piletas ornamentales de agua.
Nos preguntamos: ¿es que nuestras autoridades no tienen noción de lo que es Valor Público?: “entendido como el valor que los ciudadanos dan a los bienes y servicios recibidos del estado si éstos satisfacen una necesidad sentida con calidad y oportunidad, siendo un mecanismo potente para el logro del desarrollo sostenible” (CEPAL, 2021). El parque de las aguas no atiende una necesidad sentida y prioritaria versus otras que requieren la atención urgente como: reconstrucción de las pistas del centro histórico de Piura con sistema de drenaje; solución efectiva a las cuencas ciegas; inicio del proyecto de agua y saneamiento para noventa y seis asentamientos humanos de Piura, Castilla y Veintiséis de Octubre; nuestros niños y jóvenes no cuentan con piscinas públicas operativas; solución real para el principal teatro de la ciudad; mantenimiento de parques. Encima, Piura sufre por falta de agua, por lo que una obra de esta naturaleza es un insulto o una broma de mal gusto para todos los piuranos.
¿Por qué tanto empecinamiento con esta obra? Investigaciones periodísticas sacan a la luz hechos preocupantes
Si no tenemos calidad de vida y no contamos con los servicios básicos, de qué parque “mágico” de las aguas nos hablan. Lo que percibimos los piuranos es que se gobierna de espaldas a la población. La solución no es llevarse este parque que es un sinsentido a otra zona, porque igual se sigue dando mal uso a los recursos públicos. ¿Por qué tanto empecinamiento con esta obra? Investigaciones periodísticas sacan a la luz hechos preocupantes que requieren explicaciones claras de parte de la autoridad municipal, con respecto al consorcio y la principal empresa que ejecutaría esta obra de 14 millones de soles, coincidentemente con la que tuvo relaciones contractuales cuando fue alcalde de Tambogrande. Asimismo, el consorcio supervisor tiene un historial de cuestionamientos.
El «parque de las aguas» no se puede ejecutar sin que el proyecto cuente con la licencia social. Las Juvecos en Santa Ana vienen dando muestras de participación activa en defensa de su ecosistema natural. Promovamos tener parques renovados, con muchos más árboles. Los piuranos tenemos una relación muy especial y de gratitud con nuestros algarrobos, como dice emblemática canción: “verdes mis algarrobos verdes, como la fe de la esperanza”.
*Este artículo se publicó originalmente en el diario El Tiempo de Piura, pero lo hemos republicado con autorización de la autora.
