Norte Sostenible

Proyecto inicial en San Eduardo no incluía centro de convenciones y costaba menos

En diciembre del año pasado, el alcalde de Piura, Gabriel Madrid Orué, anunció que modernizaría la ciudad con la construcción de un centro de convenciones en el Parque San Eduardo, donde planea invertir S/ 23 millones. Sin embargo, la noticia preocupó a las juntas vecinales aledañas al parque, así como a los residentes de las urbanizaciones colindantes. ¿La razón? La posible tala de árboles del bosque seco y la modificación del ecosistema de nueve hectáreas, que es uno de los más grandes y mejor conservados en la ciudad de Piura.  

Además, ya existía el precedente de la obra en el parque Néstor Martos, donde el burgomaestre, a pesar de la oposición de vecinos, autoridades y especialistas, ha levantado el cuestionado Parque de las Aguas, un armatoste de fierro y cemento que imita al Parque de las Aguas de Lima. Se trata de un proyecto observado por la Contraloría, el Colegio de Arquitectos y cientos de vecinos que viven en las urbanizaciones cercanas. 

En ese sentido, tras una revisión minuciosa realizada por Norte Sostenible al proyecto del Parque San Eduardo se concluye que la comuna de Piura usó la misma estrategia que con el parque de las Aguas: tomar el proyecto de la gestión municipal pasada, que consiguió la viabilidad ante el Ministerio de Economía y Finanzas (MEF), para modificarlo e incrementar su costo. 

PULMÓN VERDE. El parque San Eduardo es un bosque urbano de 9 hectáreas, que los vecinos vienen dfefendiendo desde hace muchos años. Foto: Ralph Zapata/ Norte Sostenible.

Todo comenzó en 2018

El proyecto para intervenir el parque San Eduardo, ubicado en la urbanización del mismo nombre, nació en 2018 durante la gestión del exalcalde de Piura Óscar Miranda Martino (2015-2018). En julio de ese año se adjudicó la consultoría para la elaboración del perfil del proyecto “Creación de servicios deportivos, recreativos y culturales en el Parque Zonal de la Urbanización San Eduardo, provincia de Piura”. 

La ganadora de aquel concurso fue la ingeniera civil María Josefa Gutiérrez Adrianzén. El costo de esta consultoría fue de S/ 149,812.80 y tuvo un plazo de elaboración de cuatro meses, es decir, hasta diciembre del 2018. Al año siguiente, y con mayor fuerza desde 2020, el entonces alcalde de Piura, Juan José Díaz Dios, impulsó la construcción del Parque Bicentenario, una obra que inicialmente sería ejecutada en La Videnita, pero que luego cambió de escenario al parque San Eduardo.  

En 2019, el proyecto “Creación de servicios deportivos, recreativos y culturales en el Parque Zonal de la Urbanización San Eduardo, provincia de Piura” consiguió la viabilidad ante el MEF con un presupuesto de S/ 18.7 millones. De acuerdo al perfil revisado por este medio, dicho proyecto no contemplaba la construcción de centro de convenciones ni mucho menos la tala de árboles existentes en el parque. 

El proyecto incluía la construcción de cuatro plataformas de gras sintético para fulbito, una plataforma para vóley y otra para básquet, una pista de skate, cinco mesas de ajedrez, cinco mesas de pimpón, una pista de atletismo, una piscina para canotaje y parque para niños. También contemplaba la construcción de cuatro tambos metálicos, patios de comida, servicios higiénicos, vestidores, veredas perimetrales, estacionamiento, cerco perimétrico, boletería, administración, almacenamiento e iluminación, así como cámaras de videovigilancia. Además, el proyecto planeaba “conservar todos los árboles existentes en la zona”.

El perfil técnico señala en los antecedentes que la idea de dicho proyecto surgió de la necesidad de crear los servicios deportivos, recreativos y culturales en el parque zonal de la urbanización San Eduardo, “dado que, según lo manifestado por la Gerencia de Educación, Cultura, deporte y Recreación, el distrito de Piura no cuenta a la fecha con un parque zonal que reúna las condiciones adecuadas para que se pueda realizar actividades de tipo deportivo, recreativos y saludables que permita un desarrollo integral de los ciudadanos”. 

Por ese motivo, el 01 de marzo del 2018 la gerencia de Educación Cultura, Deporte y Recreación solicitó a la Gerencia de Presupuesto y Desarrollo incorporar a la programación Multianual este proyecto en el parque zonal. Unos meses después, en julio de ese año, se realizó el concurso para seleccionar a la consultora que realizaría el expediente técnico. 

Aunque el perfil técnico consiguió la viabilidad en la gestión del exalcalde fujimorista Juan José Díaz Dios, su sucesor, Gabriel Madrid (2023-2026), lo pretende ejecutar con variaciones respecto a la idea original; y con un presupuesto de S/ 23 millones. Por ese motivo, y conscientes de la importancia de una ciudad arborizada en un contexto de cambio climático, los vecinos y dirigentes se han opuesto al proyecto impulsado por el alcalde Gabriel Madrid. 

Al respecto, la experta en Gestión Pública de la Universidad de Piura (Udep), Juana Huaco, señaló que la gestión del alcalde Gabriel Madrid le ha dado vuelta a la norma. “Aprovecha que el proyecto ya está aprobado para modificarlo, agregarle más cosas y más presupuesto. Eso no puede ocurrir. ¿Dónde están los órganos de control? ¿Contraloría, la Fiscalía, dónde están?”, cuestionó duramente la catedrática. 

Añadió que, al parecer, lo único que les importa a los funcionarios del Municipio de Piura es el aspecto económico. “Es una manera de concebir las obras de manera nada profesional, y lo que no entiendo es cómo los profesionales se prestan para esto, porque están de ‘pasadita’. Allí [en el parque San Eduardo] se creará mucho caos, por la afluencia de gente, además de los problemas ya conocidos de colapso de los servicios de agua y alcantarillado”, explicó Huaco.

DEPORTE. En la actualidad el parque San Eduardo acoge a deportistas de colegios, academias y clubes de fútbol profesional. Foto: Ralph Zapata/ Norte Sostenible

En defensa de un parque histórico  

En abril de este año, enterados de las pretensiones del alcalde Madrid para modificar el ecosistema del parque San Eduardo y levantar estructuras de fierro y cemento, los ciudadanos se organizaron para salvaguardar este espacio natural. Jorge Escudero, presidente de la Juveco de la urbanización San Eduardo, es uno de los principales defensores del parque; así como representantes de las urbanizaciones aledañas, jóvenes voluntarios, ecologistas y otras organizaciones de la sociedad civil. 

Una de las primeras acciones que realizaron al mes siguiente fue la campaña de limpieza de toda la maleza y basura acumulada en el parque; así como dos jornadas de poda de algarrobos y arbustos. Más adelante ejecutaron sesiones de reforestación, donde sembraron 37 plantas del bosque seco: algarrobo, zapote, charán, palo verde, palo santo, entre otras especies. Pero las acciones no quedaron allí: ahora todos los sábados se reúnen para continuar las labores de reforestación y vigilancia en el parque.  

Con esa consigna e indignado por el proyecto que pretendía imponer la Municipalidad de Piura, Israel Olaechea acudió al llamado de los vecinos y se sumó al cuidado del bosque urbano más grande de la ciudad. Él y Jorge Escudero encabezan la defensa de este pulmón verde de la ciudad que, en la actualidad, sirve de espacio donde entrenan academias de fútbol, escolares de diferentes instituciones educativas de Piura y hasta el equipo de reserva del Club Atlético Grau de Piura.  

CONSERVACIÓN. Los vecinos de las zonas aledañas al Parque San Eduardo realizan labores de vigilancia y reforestación del bosque urbano. Foto: Ralph Zapata/ Norte Sostenible

Olaechea comentó a Norte Sostenible que todas las actividades que han emprendido buscan preservar el parque San Eduardo como un pulmón verde en la ciudad. “Nosotros, como voluntarios, venimos trabajando desde el 2019; y en mayo de este año nos reunimos con otros vecinos, para recuperar el parque. Es una zona de descanso natural, que ayuda  a la salud mental de las personas y que debe ser cuidado por todos. Aquí no queremos destrucción”, comentó.

Respecto al proyecto que pretende ejecutar la Municipalidad de Piura, Olaechea opinó que hay lugares donde se puede usar cemento y fierro, pero no en las zonas con áreas verdes. “Además, la napa freática está bastante superficial. Nosotros queremos que este sea un bosque seco en medio de la ciudad, un lugar turístico a nivel nacional. El objetivo es que el parque San Eduardo sea ejemplo de los parques sostenibles que se pueden impulsar en Piura”, dijo el joven ecologista. 

En esa misma línea, el decano del Colegio de Arquitectos de Piura, Leopoldo Villacorta, señaló que este proyecto de la comuna piurana en el Parque San Eduardo solo demuestra la ignorancia de nuestras autoridades en políticas internacionales de sostenibilidad. “Este es un gran bosque urbano, que nos ayuda a combatir las altas temperaturas y el cambio climático. No necesitamos obras de concreto, mucho menos en este gran bosque urbano”, señaló. 

VOLUNTARIO. Israel Olaechea lidera a un grupo de jóvenes que luchan para salvaguardar el parque San Eduardo.

Además, el especialista indicó que “no es compatible construir un centro de convenciones con áreas deportivas, en consecuencia, harían mal en la ejecución de un proyecto de esta naturaleza. Esta es una de las pocas áreas donde se puede diseñar un área recreativa saludable en un gran bosque urbano”. 

La lucha diaria contra taladores y otras amenazas

El entrenador de fútbol del colegio San Gabriel de Piura, Claudio Venegas, recuerda que desde los años sesenta, cuando era muy pequeño, acudía al parque San Eduardo a jugar junto a sus amigos. “Acá he visto a César Cueto, Julio César Uribe, jugadores del Atlético Grau, entre otras personalidades del deporte”, cuenta un sábado de agosto. Ahora, Venegas lleva a sus alumnos al mismo parque, para que corran, salten, hagan gimnasia y jueguen fútbol. 

“Este es un hermoso espacio para hacer deporte, es muy amplio”, dice Percy Monzón, el padre de un alumno que entrena en la cancha del Parque San Eduardo. A unos metros de allí corren los jugadores de fútbol de la Reserva del Atlético Grau. Más al fondo, Israel Olaechea y otros voluntarios siembran árboles del bosque seco. Lo hacen con la consigna de que las nuevas generaciones gocen de un ambiente saludable. 

DELITO. Los taladores ilegales aprovechan la poca vigilancia en el parque, para ingresar por las noches o de día y cortar los árboles con motosierra, hachas y machetes. Foto: Ralph Zapata/ Norte Sostenible.

Porque —como señala Olaechea— se trata de un bosque urbano muy apetecido por taladores ilegales. En varias ocasiones, este año los vecinos han espantado a hombres que llegan en carretas y mototaxis, a cortar los árboles con motosierra. Cada vez que eso ocurre llaman a Serenazgo y a la Policía para que los ayuden a salvaguardar el bosque. 

“Usan varias estrategias los taladores ilegales: queman los árboles para debilitarlos, los podan y se llevan las ramas, vienen de noche pero también de día. Y las incursiones han sido más frecuentes desde que se anunció el centro de convenciones por parte de la municipalidad”, señaló el vecino Alfredo Adrianzén. 

En ese contexto, hace unos meses funcionarios de la Municipalidad de Piura indicaron que, por el momento, el proyecto en el Parque San Eduardo está detenido hasta que se ensanche la Av. Los Tallanes, una pista que bordea el bosque urbano. Sin embargo, los vecinos están firmes en su postura: no dejarán que la comuna piurana les imponga una obra que dañe este bosque histórico y pulmón en una ciudad que cada año se calienta más por el cambio climático. 

En 2018, la gestión del exalcalde Óscar Miranda mandó a elaborar el perfil técnico para el proyecto “Creación de servicios deportivos, recreativos y culturales en el Parque Zonal de la Urbanización San Eduardo, provincia de Piura”, que finalmente consiguió la viabilidad ante el Ministerio de Economía y Finanzas en el período del exburgomaestre Juan José Díaz Dios. No obstante, dicha iniciativa no incluía la construcción de un centro de convenciones ni mucho menos tala de árboles. Además, su costo era menor al estipulado por el alcalde Gabriel Madrid. En la actualidad, los vecinos se oponen al proyecto y se han organizado para defender este pulmón verde, que es vital en una de las ciudades más golpeadas por el cambio climático y las altas temperaturas.

21 agosto, 2024