Por Analí Valencia
Carlos Gallardo, gerente general del Instituto Peruano de Economía (IPE), conversó con Norte Sostenible desde Piura para analizar la recuperación económica de la región tras la pandemia y los desafíos estructurales que enfrenta.
¿Qué balance hace de la economía piurana tras la pandemia? ¿Nos hemos recuperado o seguimos estancados?
Piura ha crecido en 2023 y también en 2024, pero a tasas muy pequeñas. Antes de la pandemia, entre 2008 y 2019, la región crecía en promedio 4% al año. Desde 2020 hasta ahora, el crecimiento apenas llega al 1%. Esto es insuficiente si se quiere revertir el aumento de la pobreza: hoy, el 32% de piuranos está en condición de pobreza. Antes de la pandemia, era el 24%.
¿Qué sectores se han venido recuperando en los últimos años?
El 2023 fue un año difícil por factores climatológicos como El Niño y Yaku, lo que golpeó sobre todo al agro y la pesca. En 2024, el agro tradicional y agroindustrial comenzó a recuperarse, aunque aún hay rezagos en otros sectores. El primer trimestre de 2025 ha sido positivo para varias actividades, incluida la pesca, aunque los hidrocarburos siguen cayendo: hoy producimos 30% menos petróleo que en 2019.
¿Qué motores económicos deben impulsarse para retomar el crecimiento?
Necesitamos retomar tasas de crecimiento del 3 o 4%. Para eso hay que meterle punche al agro, resolver el problema del agua, mejorar el entorno para el turismo y atacar la inseguridad. También hay que adjudicar de manera competitiva los lotes petroleros que tenemos y destrabar proyectos mineros viables. Todo esto requiere mayor presencia del Estado en zonas donde aún falta agua, luz, saneamiento y servicios básicos.
«Hay que fortalecer el agro, resolver el problema del agua, mejorar el entorno para el turismo y atacar la inseguridad»
Justamente, la gestión del agua sigue siendo una gran deuda. ¿Qué propuestas se han planteado para resolver este problema?
Hoy la continuidad del agua en Piura es de apenas 9 horas al día, cuando el promedio nacional es de 18. Y en la sierra piurana la situación es mucho peor. Recientemente, se han planteado propuestas para rehabilitar la represa de Poechos y construir al menos siete represas satélites.
No debería haber crisis de agua en una región por donde pasa tanta cada vez que hay fenómeno de El Niño. El problema es que no la almacenamos. Si de aquí al 2032, cuando Piura cumpla 200 años de su fundación, logramos adjudicar esos proyectos, tener un hospital de alta complejidad, reactivar el petróleo, destrabar proyectos mineros y mejorar el agro y la pesca, hablaremos de una Piura completamente distinta.

Sin embargo, seguimos viendo que las autoridades priorizan pistas y veredas, y no proyectos estructurales como el tratamiento del río Piura o los sistemas hídricos. ¿Qué opina al respecto?
Ese es el problema. Necesitamos visión de largo plazo. Los alcaldes y gobernadores deben dejarse ayudar, por ejemplo, por ProInversión, para sacar adelante proyectos de gran impacto. Solo así podremos dejar de depender del clima y pasar de sobrevivir a planificar.
La inseguridad también es un factor crítico. ¿Cómo afecta al desarrollo económico?
Afecta directamente. Es difícil atraer inversiones si hay que pagar cupos, si hay robos en las carreteras, si no hay garantías. Piura es la tercera región con más denuncias de extorsión, detrás de La Libertad y Tumbes. Faltan comisarías, efectivos policiales, cámaras de vigilancia, serenazgo. Sin seguridad, no hay economía que crezca.
«Es difícil atraer inversiones si hay que pagar cupos… Piura es la tercera región con más denuncias de extorsión. Sin seguridad, no hay economía que crezca»
¿Y qué hay del potencial minero? Muchos sectores se oponen a proyectos como Río Blanco o Algarrobo. ¿Cómo conciliar el desarrollo con el cuidado ambiental y social?
Lo preocupante es que, mientras se oponen a la minería formal, la minería ilegal crece silenciosamente en esas mismas zonas. En Ayabaca, el 80% de los registros mineros (reinfo) están suspendidos, muchos por operar al margen de la ley. La minería ilegal trae consigo trata de personas, extorsión, crimen.
Necesitamos promover minería formal, sostenible y con licencia social, pero también ser coherentes: no se puede decir “no a la minería” y, al mismo tiempo, dejar que avance la minería ilegal. El vacío del Estado y la ausencia de inversión formal terminan llenándose con economías ilegales.
¿Y la agricultura? ¿No es acaso nuestra principal actividad productiva?
Sí, pero enfrenta desafíos. La agroindustria ha crecido, pero necesita más productividad, reconversión de cultivos y, sobre todo, acceso seguro al agua. Sin una estrategia hídrica, será muy difícil sostener el crecimiento agrícola.
Finalmente, ¿qué opina sobre el proyecto del tren bioceánico Bayóvar–Piura?
No tengo todos los detalles, pero en principio, toda mejora en conectividad es positiva. Sin embargo, me preocupa el costo y el proceso. Este tipo de megaproyectos deben ser adjudicados de manera competitiva, transparente y con una fórmula de financiamiento que no comprometa la estabilidad fiscal del país.
¿Cómo ve el futuro de Piura si se toman las decisiones correctas?
Veo una región con enormes oportunidades. Si logramos resolver los temas de agua, impulsar proyectos grandes, combatir la minería ilegal y mejorar la seguridad, en 2032 podríamos ver una Piura completamente transformada. Pero necesitamos visión, gestión y voluntad política.