La región de Piura se encuentra nuevamente al borde de una nueva crisis hídrica, una situación recurrente que golpea a sus habitantes con la escasez y la intermitencia del servicio de agua potable. En una entrevista exclusiva para Norte Sostenible, Manuel Irigoyen, gerente general de la Empresa Prestadora de Servicios de Saneamiento Grau (EPS Grau), ofreció un diagnóstico detallado de la problemática, las inversiones en curso y las complejas soluciones para una región que lucha por un futuro más inclusivo y sostenible.
La conversación con Irigoyen, realizada en un contexto de protestas vecinales por colapsos de desagües y restricciones de agua, abre un panorama de «mucha demanda… pero poca oferta, poca producción de agua», lo que evidencia un profundo desbalance en el sistema y grandes brechas en el acceso a servicios básicos.
Estrés hídrico e infraestructura obsoleta
Manuel Irigoyen destacó que Piura, al igual que otras ciudades del norte, se ve afectada por un doble problema climático: “Uno son las lluvias [que] generan problemas de colapso, inundación en la ciudad. Y, cuando no hay lluvias, el otro lado de la moneda genera estrés hídrico”, comentó. En ese contexto, el 2023 fue marcado por inundaciones y colapsos de alcantarillado, mientras que el 2024 enfrentamos el estrés hídrico debido a la ausencia de lluvias, lo que impidió el almacenamiento suficiente de agua y una adecuada coordinación con proyectos como el Chira Piura.
La prioridad en el uso del agua por gravedad, enfatizó Irigoyen, “siempre va a ser el uso poblacional”. Sin embargo, la falta de planificación y gestión del recurso hídrico, donde entidades como el Proyecto Especial Chira Piura (Pechp) y las juntas de usuarios y regantes tienen responsabilidades, agrava la situación. Irigoyen criticó la autorización de cultivos con alta demanda hídrica (como el arroz) a pesar de alertas tempranas de escasez, lo que consideró como “falta de planificación y gestión del recurso hídrico y hay responsables”.
Un factor agravante de la crisis hídrica es el pésimo estado de la infraestructura de almacenamiento. La represa de Poechos, vital para la región, tiene una capacidad de almacenamiento “mucho menor, de 40%, el resto está arenado”. Esto reduce drásticamente las reservas disponibles de agua.

Hay mucha demanda; y poca oferta de agua
Piura, Castilla y el distrito de 26 de Octubre dependen en un 40% del agua por gravedad, que proviene de la planta de Curumuy, que produce solo 600 litros por segundo (L/s). El 60% restante se abastece mediante pozos, que aportan aproximadamente 1,000 L/s. Es decir, la producción total actual es de 1,600 L/s, frente a una demanda significativamente mayor. “Hay un déficit actual de más o menos 1,000 L/s”, reveló el gerente.
Este déficit es la razón directa por la que “las zonas periféricas, la zona de Castilla, la zona periférica de Piura, la zona periférica de Veintiséis de Octubre no tienen caudal suficiente de agua y tienen pocas horas de agua”, explicó el jefe de EPS Grau.
Pero las causas son varias. La EPS Grau, actualmente administrada por OTAS y el Ministerio de Vivienda desde 2023, arrastra una situación financiera precaria, con una deuda que asciende a casi 300 millones de soles. Irigoyen explicó que la EPS Grau, siendo una “empresa pública pero de régimen privado”, se autosustenta de sus ingresos, no recibe subsidios del Estado como otras entidades.
Es decir, la producción total actual es de 1,600 L/s, frente a una demanda significativamente mayor.
La problemática se agrava por el alto porcentaje de «agua no facturada», que alcanza el 60% de lo producido. Esto incluye “conexiones clandestinas y robo de agua” y un uso excesivo por parte de usuarios sin medidores (solo el 30% de los usuarios lo tienen). Además, la empresa enfrenta la inoperatividad de unos 40,000 usuarios (de 250,000) que no pagan, muchos de ellos desde la pandemia, lo que llevó a la EPS Grau a ofrecer facilidades de pago sin intereses para regularizar deudas.
Un punto crítico abordado fue la descoordinación y el estado de las redes. Al realizar obras de pavimentación, como las avenidas Sullana o Don Bosco, a menudo se encuentran con tuberías antiguas de asbesto cemento que, aunque “funcionando”, se rompen con el movimiento de la maquinaria. Esta situación genera retrasos y obliga a los gobiernos regionales o municipales a asumir los costos de reemplazo, ya que la EPS Grau “no va a tener la capacidad de cambiar” dichas redes.
Irigoyen señaló que la información de estas redes se ha perdido a lo largo del tiempo, ya que la administración de la EPS ha pasado por varias manos. Por otro lado, la corrupción y la ineficiencia en las licitaciones públicas también son un lastre. Irigoyen lamentó que “muchas de las empresas… que tienen obras paralizadas mientras no sean sancionadas van a seguir licitando”, y la EPS como entidad estatal no puede elegir libremente al mejor postor.
Proyectos en marcha y soluciones
Para revertir este grave problema, se han puesto en marcha varios proyectos clave: la ampliación de la Planta de Curumuy, que sumará 2100 L/s a los 600 L/s existentes, buscando alcanzar los 2700 L/s y cerrar el déficit de 1000 L/s. Un segundo proyecto es el de servicios básicos para 105 asentamientos Humanos, dirigido a mejorar la distribución del agua, ya que tener producción sin una red adecuada y reservorios es inútil.
Se espera que los expedientes técnicos de estos proyectos estén listos entre febrero y abril del próximo año, con un plazo de ejecución de obra de aproximadamente 300 días, lo que en el “papel” permitiría tener las obras terminadas para mediados de 2027. Sin embargo, Irigoyen advirtió sobre la realidad de las obras de saneamiento en Perú, que enfrentan problemas de interferencias, terrenos no saneados, y conflictos sociales.

Como plan de contingencia, se está trabajando en la perforación y renovación de 20 pozos en coordinación con el gobierno regional (4 este año), además de otros 3 pozos planificados en el estudio tarifario de la EPS Grau. La perforación de un nuevo pozo puede tardar hasta dos años desde los estudios exploratorios hasta su puesta en marcha.
Una medida de implementación inmediata es la «sectorización» del servicio. Esta estrategia busca conectar varios pozos y la planta de Curumuy a reservorios, para luego distribuir el agua desde estos. De esta manera no solo mejora la calidad del agua al mezclarla (reduciendo la conductividad del agua de pozo), sino que también aumenta la presión y la cobertura, y en caso de falla de un pozo, el sector afectado no se queda sin agua por completo. Esta iniciativa ya se está implementando en Villa Horizonte.
Además, el Ministerio de Vivienda y OTAS han invertido entre 70 y 80 millones de soles en equipamiento (bombas para pozos y cámaras de bombeo) desde 2023, un monto que la EPS Grau, en su situación financiera, no podría haber asumido.
Las inmobiliarias deben construir pozos de agua
El gerente abordó la creciente demanda de agua por parte de nuevas urbanizaciones. Aclaró que la EPS Grau no cuenta con recursos para perforar nuevos pozos, por lo que las factibilidades otorgadas a inmobiliarias exigen que estas perforen sus propios pozos, construyan sus cámaras de bombeo y redes, e incluso repotencien las cámaras existentes donde se conectarán, beneficiando así también a los vecinos aledaños.
El caso del Hospital de Alta Complejidad es un ejemplo: inicialmente buscaba conectarse a la red pública, pero la EPS le exigió tener su propio pozo debido a la alta demanda y el riesgo de generar conflictos sociales, llegando a un convenio para que la EPS construya este pozo específico. Aunque precisó que para la construcción de dicho hospital sí se abastecerán de agua de la red pública, lo que podría generar conflictos sociales en la zona.

Finalmente, Irigoyen destacó la importancia de la conciencia ambiental y el uso racional del agua. La campaña «Bosque Cuida el Agua» busca educar a la niñez, ya que «el agua cada vez es más escasa… es ahorita». Con el crecimiento poblacional, la demanda de agua solo aumentará, mientras que la cantidad de recurso hídrico permanece la misma.
Asimismo, la alerta de SENAMHI sobre un posible déficit de lluvias para el próximo verano es un recordatorio de que Piura no puede depender al 100% del reservorio de Poechos. Irigoyen enfatizó la necesidad de una planificación coordinada entre todas las autoridades y entidades para priorizar el uso poblacional del agua, incluso por encima de las necesidades agrícolas, ante un escenario de escasez. La lucha por el agua en Piura es una carrera contra el tiempo, donde la inversión, la planificación y la conciencia ciudadana son las únicas herramientas para garantizar un futuro sostenible.