Por: Analí Valencia
El Humedal Santa Julia, uno de los principales espacios naturales del distrito Veintiséis de Octubre y refugio de una importante biodiversidad, enfrenta una nueva amenaza: la contaminación por aguas residuales proveniente del colapso del pozo de desagüe Los Robles. La situación ha motivado una denuncia formal ante la Fiscalía y ha vuelto a poner en debate la fragilidad de este ecosistema, así como los desafíos pendientes para su conservación y puesta en valor.
Según informó a Norte Sostenible el gerente de Gestión Ambiental de la Municipalidad Distrital de Veintiséis de Octubre, Segundo Abramonte Crisanto, la comuna ha denunciado a la Municipalidad Provincial de Piura, a la que señala como responsable de la administración del pozo de Los Robles. De acuerdo con el informe técnico presentado, el colapso de esta infraestructura estaría provocando el vertimiento de aguas residuales al dren Turquía–Japón, cuyas aguas desembocan directamente en el humedal.
La Fiscalía ya ha acogido la denuncia y se encuentra evaluando las responsabilidades correspondientes. Mientras tanto, el riesgo ambiental persiste.
La contaminación por aguas residuales representa una amenaza directa para la biodiversidad del Humedal Santa Julia, un ecosistema que alberga alrededor de 95 especies de aves distribuidas en 35 familias, además de flora silvestre característica como la totora y el junco. Especialistas advierten que la alteración de la calidad del agua podría afectar de manera irreversible los ciclos ecológicos del lugar.
Este nuevo episodio se produce en un contexto en el que la municipalidad distrital venía impulsando acciones de recuperación y conservación desde el inicio de la gestión 2023. Según las autoridades locales, el humedal era anteriormente un botadero informal de basura y escombros, con presencia de personas dedicadas a actividades ilícitas. Hoy aún luce algunas zonas con desechos debido a que vecinos que viven en zonas aledañas, arrojan basura allí.
Una limpieza integral permitió retirar residuos sólidos y recuperar parte del espacio. Actualmente, el área cuenta con un cerco perimétrico y una puerta de ingreso elaborados con materiales reciclables, producto de un programa municipal de reciclaje. Además, se ha reforzado la seguridad con la presencia de serenazgo y un vigilante, aunque estos patrullajes se realizan por turnos y no de manera permanente.
Accesos inseguros y falta de señalización
A pesar de los avances, el acceso al humedal sigue siendo uno de los principales puntos críticos. Para llegar al área natural es necesario atravesar los asentamientos humanos Sánchez Arteaga y Santa Julia, zonas donde se concentran bares y cantinas, lo que genera una percepción de inseguridad, especialmente en horarios nocturnos.
A ello se suma la ausencia de señalización adecuada que oriente a los visitantes y advierta sobre las normas de protección del ecosistema. Si bien existen patrullajes de serenazgo y Policía Nacional, estos no son continuos, lo que limita la capacidad de control y vigilancia en el entorno del humedal.
Pese a este escenario, la Municipalidad de Veintiséis de Octubre mantiene la meta de convertir al Humedal Santa Julia en un Área de Conservación Ambiental (ACA). Para ello, se ha conformado una mesa técnica de trabajo en el marco de la Comisión Ambiental Municipal (CAM), que articula a diversas instituciones.
Uno de los avances más relevantes es el saneamiento físico-legal de aproximadamente 16 hectáreas del humedal, paso clave para su protección formal. Asimismo, se vienen promoviendo visitas educativas de escolares y universitarios para el avistamiento de aves, con el apoyo de equipos especializados adquiridos a través de programas educativos.
De cara al próximo año, la comuna proyecta una campaña dirigida a los colegios del distrito para fomentar las visitas guiadas y reforzar el conocimiento sobre la importancia ecológica del humedal. La visión de mediano plazo es consolidar un circuito turístico ordenado que contribuya tanto a la economía local como a la difusión de la biodiversidad del sector oeste de Piura. No obstante, las autoridades reconocen que este objetivo aún requiere mayor inversión, señalización, seguridad y articulación interinstitucional.
La denuncia por contaminación ha puesto en evidencia la vulnerabilidad del Humedal Santa Julia y la urgencia de una respuesta coordinada entre los distintos niveles de gobierno. Mientras la Fiscalía evalúa responsabilidades, especialistas y autoridades coinciden en que la protección de este ecosistema no puede depender solo de acciones aisladas.
El Humedal Santa Julia no solo representa un refugio natural en medio del crecimiento urbano de Piura, sino también una oportunidad para impulsar educación ambiental y turismo sostenible. Su futuro, sin embargo, dependerá de que las promesas de conservación se traduzcan en medidas efectivas y sostenidas en el tiempo.