Por: Robinson Zapata Ruiz
Actualizado el 24-09-24
En un contexto donde el cambio climático es uno de los desafíos más apremiantes para la humanidad, la preservación de los recursos naturales debe ser una política pública prioritaria y no negociable. Sin embargo, la Municipalidad Provincial de Cajamarca parece ir en sentido contrario, pues, en un acto que ha desatado la indignación de los vecinos, ha talado, al menos, 15 árboles de molle en la calle Tayabamba, ubicada detrás del estadio municipal, en la urbanización El Ingenio. Los moradores han denunciado que este proyecto no fue socializado y han pedido a las autoridades competentes, como Fiscalía del Medio Ambiente y Servicio Nacional Forestal y Fauna Silvestre (Serfor), sanciones ejemplares para los responsables del ecocidio.
Debido a la indignación colectiva en redes sociales, la Municipalidad Provincial de Cajamarca, a cargo del exfujimorista Joaquín Ramírez, emitió un comunicado en el que señalaba que la responsable del ecocidio era la contratista y que iniciarán las denuncias correspondientes ante los órganos competentes. Asimismo, dijeron que implementarán acciones de mitigación del daño causado, lo que incluye la reforestación de las áreas afectadas.
Sin embargo, lo que no dijo la comuna que preside Joaquín Ramírez fue que ellos mismos elaboraron y aprobaron el expediente técnico que contempla la tala masiva de árboles en la Prolongación Tayabamba, para ejecutar el proyecto renovación de pistas y veredas en dicho sector, que se ubica en la urbanización El Ingenio, en Cajamarca.
Los vecinos no solo se quejan de la falta de transparencia en la gestión del alcalde Ramírez, sino del daño directo a la biodiversidad local. Al observar los nidos y pichones de aves esparcidos en el suelo tras la tala, los moradores salieron de sus casas para intentar salvar los árboles. Lograron que tres ejemplares no sean exterminados por las motosierras, incluso un vecino se enfrentó a pedradas contra un obrero de la contratista.
Tala de árboles impulsada desde la comuna provincial
El 6 de marzo de este año, mediante la resolución gerencial 037-2024-GIP-MPC, el ingeniero Jorge Luis Escalante Aguilar, gerente de Infraestructura de la comuna provincial, aprobó el expediente técnico del proyecto elaborado por el ingeniero David Ricardo Alayo Díaz, coordinador de la Subgerencia de Ejecución de Inversiones de dicha municipalidad. Dicho documento contempla en la estructura de costos una partida de casi 6 mil soles para la tala de 31 árboles en la avenida.
El expediente técnico consideraba la suma de S/ 1.6 millones como presupuesto para la ejecución de la obra y un plazo de 120 días calendario. Unos meses después, el 24 de junio, el comité de selección de la comuna provincial adjudicó la obra al único postor: Consorcio Vial Continental Cajamarca, con un monto de S/ 1.4 millones.
Aprobación de expediente té… by sosteniblenorte
Dicho consorcio está conformado por las empresas Continental Constructora y Servicios Generales SAC y Pringco Contratistas Generales SAC. La primera tiene sede en Lima y, a la fecha, mantiene una deuda coactiva con el Estado peruano por la suma de S/ 3,950. Asimismo, ha recibido 8 penalidades por la suma de más de S/ 15 mil, debido a que incumplió varias normas, como no tener asegurados a sus trabajadores, no levantar observaciones, entre otras referidas a ejecuciones de obras en colegios de Áncash.
En el caso de Pringco, se trata de una empresa con sede en Ica, que mantiene una deuda coactiva con el Estado peruano por la suma de S/ 3,037. Ambas empresas han sido cuestionadas debido a su historial. Sin embargo, el 28 de agosto la Municipalidad de Cajamarca le comunicó al consorcio la pérdida automática de la buena pro, debido a que incumplió con levantar observaciones al momento de perfeccionar el contrato.
Por ese motivo, se realizó una nueva licitación pública, que concluyó con la adjudicación al consorcio Cruz de Jarromayo, conformado por las empresas Consultora y Constructora Fernandez EIRL y Consultora & Constructora Cota Cero Zamora SRL. El titular-gerente y único accionista de la primera empresa es Romelio Fernández Delgado, quien está afiliado desde 2021 al movimiento regional Cajamarca Siempre Verde, de la que también es miembro el alcalde de Cajamarca: Joaquín Ramírez.
Es decir, el comité de selección de la comuna que dirige Joaquín Ramírez le adjudicó la obra a un afiliado del partido con el que llegó al poder el alcalde de Cajamarca. En el caso de Consultora & Constructora Cota Cero Zamora SRL es una empresa que solo tenía de experiencia el haber ejecutado una obra el año pasado. Una sola obra: la construcción de un muro de contención en el colegio 10827 en Cutervo, por la suma de S/ 754 mil.
Además, los accionistas de la empresa son la bachiller en Arquitectura Leydi Bustamante Saldívar y el ingeniero civil, titulado recién en 2019, Jherson Zamora Cubas. En el consorcio que ganó la obra tienen el 30% de participación, mientras que la Constructora Fernández tiene el 70% de participación.
La ausencia de políticas municipales de sostenibilidad
El molle es una especie nativa profundamente arraigada en la cultura y el ecosistema de Cajamarca. Desde hace muchos años, el molle ha sido un símbolo de resistencia y adaptabilidad y ha proporcionado oxígeno, sombra y refugio para diversas especies de aves. Este árbol desempeña un papel clave en la lucha contra el cambio climático al capturar dióxido de carbono y mejorar la calidad del aire en las ciudades.
Por ese motivo, la tala de estos árboles representa mucho más que una simple pérdida estética. Algunos de estos ejemplares contaban con más de 44 años de antigüedad, lo que significa que han sobrevivido cambios y transformaciones urbanas, mientras continuaban ofreciendo sus servicios ecológicos de manera silenciosa. Talarlos en nombre del «progreso» es un acto de negligencia ambiental y una afrenta a la naturaleza.
«Hay incendios por todos lados y se les ocurre cortar estos árboles que nos dan oxígeno a todos. Esto es lamentable», comentaban los vecinos, visiblemente consternados ante la escena. Y no es para menos. La acción contradice todos los esfuerzos que a nivel global se están promoviendo para contrarrestar el cambio climático.
En ese contexto, el ecocidio en Cajamarca revela una preocupante falta de sensibilidad ambiental por parte de las autoridades y la ausencia de una planificación integral en el desarrollo urbano de la ciudad. En pleno siglo XXI, cuando la crisis climática ha escalado a niveles sin precedentes, resulta inaceptable que decisiones tan irresponsables se tomen sin evaluar sus consecuencias a largo plazo.
Diversos estudios han demostrado que la presencia de árboles en áreas urbanas contribuye significativamente a reducir las altas temperaturas, mejorar la calidad del aire y fomentar la biodiversidad. Además, los árboles urbanos actúan como filtros naturales, absorbiendo contaminantes y regulando el microclima de las ciudades. En lugar de destruirlos, los gobiernos locales deberían estar implementando políticas para aumentar la cobertura vegetal en las urbes.
«Lo más grave es que se prioriza el cemento sobre la vida vegetal», señalaba un activista ambiental de la zona. La tala de árboles de molle, en un contexto donde el cambio climático amenaza con desestabilizar los ecosistemas y la vida urbana, es un retroceso que difícilmente se puede justificar.
Cajamarca en contra de las ciudades sostenibles
La indignación de los vecinos cobra aún más relevancia cuando se compara la situación local con el contexto global. En diversas ciudades del mundo, desde Nueva York hasta Bogotá, los gobiernos locales están implementando políticas de reforestación y aumentando la cobertura vegetal como una medida clave para enfrentar los efectos del cambio climático. En estas ciudades, la conservación de la vegetación urbana no es un lujo, sino una necesidad apremiante para garantizar la salud pública y la resiliencia ante el aumento de las temperaturas.
Sin embargo, en Cajamarca, la decisión de talar árboles nativos refleja una desconexión alarmante con las políticas ambientales modernas. En lugar de adoptar soluciones sostenibles, como la integración de espacios verdes en los proyectos urbanos, se opta por decisiones cortoplacistas que priorizan el concreto sobre la naturaleza. Esta falta de visión no solo afecta a la biodiversidad local, sino que pone en riesgo el bienestar de las generaciones futuras, han asegurado diversos especialistas en materia ambiental.
La tala en la calle Tayabamba es solo un síntoma de un problema más amplio: la falta de un plan integral para el desarrollo urbano sostenible en Cajamarca. Las ciudades no pueden seguir creciendo a expensas del medio ambiente. La tala indiscriminada de árboles no solo es un acto de negligencia ambiental, sino que también revela la ausencia de políticas que prioricen la conservación de la naturaleza como parte esencial del bienestar urbano.
Pero no se trata de un caso aislado, en ciudades como Piura o Trujillo, también los alcaldes de ambas jurisdicciones han impulsado la tala de árboles pára ejecutar obras de cemento y fierro. Un claro ejemplo es el Parque de las Aguas, un proyecto cuestionadísimo por académicos, especialistas y la sociedad civil, pero que sigue adelante por empeño del alcalde Gabriel Madrid.