Por Analí Valencia
La región de Piura enfrenta una profunda crisis hídrica, un problema persistente que genera gran preocupación entre sus habitantes. Según el ingeniero César Cárdenas Bustios, presidente del Instituto Regional de Apoyo a la Gestión de los Recursos Hídricos (IRAGER), esta situación se debe principalmente a la incapacidad de retener el agua cuando esta es abundante. Cárdenas Bustios subrayó que este «problema fundamental» es una consecuencia directa de la «falta de gestión» de las autoridades pasadas, quienes no anticiparon la importancia de este recurso vital.
La escasez, o «estrés hídrico», que la región experimentó el año pasado, se atribuye a fenómenos naturales y, significativamente, al «crecimiento demográfico». Este crecimiento ha sido impulsado por el auge de la producción agrícola en Piura, con cultivos como la uva, los arándanos y el plátano, que demandan una gran cantidad de mano de obra. Este flujo de población del campo a la ciudad ha desbordado la capacidad de abastecimiento de agua en la región.
Un factor agravante es el «mal uso por parte de los agricultores», quienes en momentos de escasez usufructúan el agua directamente del canal Daniel Escobar, que abastece a Piura. Cárdenas Bustios propone que una solución sería la entubación del agua, lo que evitaría las conexiones ilegales para el riego.
Desafíos presentes y futuros del recurso hídrico
La situación hídrica se proyecta aún más crítica de cara al futuro. La aprobación de estudios para la construcción de proyectos en 105 asentamientos humanos ha generado la interrogante de Cárdenas Bustios sobre la fuente de agua para estas nuevas poblaciones. Para el año 2030, se estima que Piura necesitará al menos 3,000 litros por segundo para abastecer a su población las 24 horas, o al menos 12 horas al día. Sin embargo, la capacidad proyectada con la nueva y antigua «tarjea» y los pozos existentes, solo alcanzaría los 2,500 litros por segundo, lo que dejaría a la región con un déficit hídrico importante.
Además de la falta de almacenamiento, el presidente de IRAGER lamentó que en las épocas de avenida, «salen 3,000 millones de metros cúbicos que se botan al mar» debido a la ausencia de infraestructura para embalsarlos. En este sentido, el proyecto Chira-Piura enfrenta el desafío de que su reservorio actual está colmatado y requiere un estudio profundo para evaluar cómo se puede extraer la sedimentación y si sus estructuras resistirían un aumento en su capacidad de almacenamiento.
«En épocas de avenida, salen 3,000 millones de metros cúbicos que se botan al mar debido a la ausencia de infraestructura para embalsarlos».
Otro problema crucial es la colmatación del cauce del río Piura, que, según estudios, ha reducido su velocidad de flujo de 5 metros por segundo a menos de 1 metro por segundo. Esta sedimentación ha provocado que los puentes se encuentren casi colmatados, y con un flujo de apenas 1,500 metros cúbicos, el agua podría sobrepasar los tableros de los puentes. Por ello, la descolmatación del río es una tarea urgente.
Propuestas y plan de acción para la sostenibilidad
Ante este panorama, Cárdenas Bustios enfatizó la necesidad de buscar «otras alternativas, un plan B». Entre sus propuestas, mencionó la posibilidad de traer agua del río Marañón mediante tuberías, comparando la viabilidad de esta idea con la ya existente conducción de petróleo desde la selva. También sugirió tomar como ejemplo a países como Holanda e Israel. Israel, por ejemplo, «potabiliza el agua de mar y la vende incluso como agua potable a Siria», además de ser pionero en el riego tecnificado (presurizado y por goteo), tecnología ya implementada en más de 40,000 hectáreas en Piura.
En el sector agrícola, señaló el alto consumo de agua del cultivo de arroz, que requiere el doble de agua que el algodón (20,000 m³ frente a 8,000-10,000 m³). Propuso «educar a nuestros agricultores para que cambien el producto» y promover la rotación de cultivos, sugiriendo que el arroz debería cultivarse en la ceja de selva.

Responsabilidad de las autoridades y la ciudadanía
El presidente de IRAGER hizo un llamado a las autoridades y a las instituciones gubernamentales para que se acerquen al agricultor y lo orienten sobre el uso adecuado del agua. Si bien admitió que los fenómenos naturales son impredecibles, sostuvo que se pudo haber prevenido el estrés hídrico con datos anticipados y planificación. Lamentó la «falla» de los agricultores al no aceptar cambiar sus cultivos por temor a la subsistencia.
Sobre la gestión del gobernador regional, indicó que, aunque no se le puede atribuir toda la culpa, «parte de culpa sí lo tiene» por no haber estado suficientemente informado por las autoridades competentes. Resaltó la necesidad de que las autoridades se rodeen de profesionales que conozcan el tema y cuenten con datos técnicos para la toma de decisiones. Además, criticó la falta de involucramiento de algunas instituciones y colegios profesionales, como el Colegio de Ingenieros, en los problemas de Piura, haciendo un llamado a que «Piura necesita piuranos que piensen por Piura».
«Las autoridades deben rodearse de profesionales que conozcan el tema y cuenten con datos técnicos para la toma de decisiones».
En cuanto a proyectos específicos, como el pozo de tormentas en el centro de la ciudad, Cárdenas Bustios, si bien no conoce el proyecto en detalle, enfatizó que cualquier decisión debe basarse en un estudio técnico exhaustivo y priorizar el «beneficio a la población». Criticó la renuencia de las autoridades a dialogar con los técnicos antes que con la ciudadanía, argumentando que son los expertos quienes pueden determinar la viabilidad de un proyecto.
Finalmente, instó al próximo alcalde provincial y al gobernador regional a priorizar en su agenda el tema del agua y el alcantarillado, que afectan a toda la región, desde Piura hasta Morropón, Paita, Sechura, Chulucanas y Sullana, donde la calidad del agua es deficiente y los sistemas de desagüe son ineficientes. También destacó la urgencia de mejorar el centro histórico de la ciudad para el turismo, que es fundamental para la economía local. «Piura merece ser mejor tratada por los profesionales», concluyó.