La reciente crisis hídrica en Piura obligó a los ciudadanos a comprar grandes cantidades de agua potable, debido a que los reservorios de Poechos y San Lorenzo llegaron a niveles mínimos históricos; y con ello se impuso la escasez. En ese contexto, uno de los negocios que más creció fue la venta de agua de mesa, que, a juicio de expertos, es uno de los más rentables pero también uno de los más informales. Ahora, la llegada del verano también favorece el mayor consumo de este recurso. Sin embargo: ¿sabemos qué agua estamos consumiendo?, ¿conocemos si esa empresa a la que le compramos bidones de 20 litros cumple todos los estándares de calidad y salubridad, está registrada y cuenta con los permisos para operar?
No es opcional conocer esa información. Es necesario, porque se trata de un asunto de salud pública. Muchas familias han contraído infecciones estomacales y otras graves dolencias, debido a que el agua de mesa que consumían contenía coliformes fecales o metales pesados por encima de los máximos permisibles. En nuestra ciudad, las autoridades ya han clausurado locales que operaban en la ilegalidad, en instalaciones que no reunían las mínimas condiciones para procesar y distribuir agua embotellada; además que no tenían registro sanitario ni los permisos correspondientes.
Amparados en la Ley de Transparencia y Acceso a la Información, obtuvimos la lista actualizada de las únicas empresas autorizadas y registradas para comercializar agua embotellada en Piura. En esa línea, comprobamos que en Piura, Castilla, Veintiséis de Octubre y Catacaos solo están autorizadas 65 plantas de procesamiento de agua de mesa. Del total, 34 están ubicadas en Piura, 15 en Castilla, 9 en Veintiséis de Octubre, 4 en Catacaos, 1 en Sechura, 1 en La Unión y 1 en El Tallán.
¿Cómo saber si es agua insalubre?
Para iniciar el procesamiento y comercialización de agua embotellada en Piura es necesario obtener el permiso en la Dirección Ejecutiva de Regulación y Fiscalización Sanitaria de la Dirección Regional de Salud (Diresa) Piura. Los trámites para obtener el permiso incluyen tener un local adecuado e instrumentos y maquinaria de tratamiento de agua, así como obtener un registro sanitario en la Dirección General de Salud Ambiental (Digesa).
De acuerdo con Miguel Ruiz, exdirector de Regulación y Fiscalización Sanitaria de la Diresa Piura, el local debe ser supervisado por inspectores de esta área y debe estar diseñado correctamente. Debe contar con áreas de entrada, procesamiento, almacén y venta de agua embotellada. Sobre los instrumentos, el especialista explicó que la empresa debe tener maquinaria para obtener agua segura, por ejemplo, los equipos de ósmosis inversa o destilación.
En el caso del registro sanitario, si bien se obtiene en Digesa de Lima, en la Diresa Piura se le brinda la orientación y se les ayuda con el trámite a los usuarios. “Cuando nosotros hemos hecho inspecciones a varias empresas que vendían agua comprobamos que habían falsificado el registro sanitario; o utilizaban un registro que no correspondía al negocio de procesamiento y venta de agua; tenían registro de restaurante o de una farmacia. Por eso es que nosotros recomendamos a los usuarios siempre verificar en el link de Digesa”, comentó.
Es importante conocer la autenticidad del registro sanitario, para combatir la informalidad pero también para cuidar nuestra salud. Este es el link de la Digesa Lima que pueden consultar. La vigencia del registro sanitario es de 5 años y puede renovarse, previa evaluación y cumplimiento de requisitos. Asimismo, todos los cambios que realicen las empresas en cuanto al negocio de procesamiento y venta de agua embotellada deben informarlos a la Digesa Lima y a Diresa Piura.
Los riesgos de consumir agua contaminada son que “contribuyen a la transmisión de enfermedades como el cólera, otras enfermedades diarreicas, la disentería, la hepatitis A, la fiebre tifoidea y la poliomielitis”, según la Organización Mundial de la Salud. Por su parte, la Diresa Piura insiste en la vigilancia del registro sanitario en los bidones de agua embotellada.
“La ausencia de este certificado en la mayoría de productos suele asociarse con la presencia de coliformes fecales u otros agentes patógenos, los cuales pueden causar enfermedades estomacales, afectando principalmente a niños y adultos mayores. Por lo tanto, la población debe tomar medidas necesarias para garantizar la seguridad alimentaria y prevenir posibles riesgos para la salud”, informaron.
Según la Agencia Nacional de Salud Pública de Estados Unidos, el agua embotellada puede contaminarse con gérmenes o productos químicos en la fuente de agua, durante el tratamiento de agua, el proceso de fabricación, durante el envío o almacenamiento o después de que la gente lo compre. De hecho, también es importante vigilar la antigüedad de los bidones, pues contienen microplásticos que pueden desprenderse y mezclarse con el agua.
Empresas cerradas y con irregularidades
Según Miguel Ruiz, el índice de informalidad en este negocio es altísimo. “Nosotros hacíamos operativos con la Fiscalía de Prevención del Delito, pues habían muchas empresas que iniciaban su negocio sin contar con registro sanitario. Luego regularizaban, pero la norma es clara. Según la data que manejo, el número de empresas informales de este rubro ha aumentado en un 20%; no cuentan con registro sanitario u operan con otro registro que no les corresponde”, denunció el experto.
En esa línea, el trabajo de fiscalización de la Diresa y de la Fiscalía de Prevención del Delito es clave en la lucha contra la informalidad y para cuidar la salud pública. De acuerdo con nuestra data, solo el año pasado la Dirección Ejecutiva de Regulación y Fiscalización Sanitaria realizó 06 operativos a empresas dedicadas al procesamiento y venta de agua embotellada.
En uno de los primeros operativos realizados en febrero del 2024, las autoridades sanitarias, en mérito al DS 007-98 SA, Reglamento sobre vigilancia y control sanitario de alimentos y bebidas, verificaron las instalaciones de Inversiones JUMARID SAC, cuya dirección con la que obtuvo el registro sanitario para procesar y distribuir agua de mesa ‘Oceanic’ es de Paita, pero procesaba el producto en el distrito de Castilla. Esa incompatibilidad fue observada por los técnicos de la Diresa Piura, pues constituía una infracción.
Inversiones JUMARID SAC, cuyo apoderado era Mario Javier Pulache García, se encuentra de baja de oficio desde el 31 de octubre del año pasado y se dedicaba, según Sunat, a la venta minorista de otros productos en puestos de venta y mercados; no a la elaboración y procesamiento de agua de mesa. La empresa mantiene una deuda coactiva al Estado peruano por la suma de S/ 19,387, por pagos no realizados a Essalud, el Tesoro Público y Essalud.
Un mes después de la inspección de Diresa Piura, transfirieron el registro sanitario a favor de la empresa Juan William Mendoza Nole, quien sí procesa agua de mesa en el distrito de Castilla; y aprovecharon también para ampliar las presentaciones de agua de mesa a botellas más pequeñas.
Pero hubo más observaciones a la empresa de agua de mesa Oceanic. En aquella ocasión, los especialistas notaron que los ambientes donde se procesaba el agua de mesa no estaban separados, el local no tenía licencia de funcionamiento de la Municipalidad de Castilla, el equipo de desinfección de bidones era un riesgo, faltaba un lavador para limpiar los bidones, entre otras falencias.
En ese sentido, los técnicos lacraron un bidón para realizar el análisis de laboratorio del agua. Asimismo, como medida de seguridad, suspendieron sus operaciones e inmovilizaron los productos, debido a que la dirección donde procesan el agua de mesa no era la misma con la que obtuvieron el registro sanitario.
Al mes siguiente, en marzo del 2024, los técnicos de la Diresa Piura cerraron temporalmente las operaciones de la empresa agua de mesa ‘Walac’, ubicada en Catacaos y cuyo representante legal es Víctor Rodríguez Sandoval, quien empezó sus actividades un año antes, en enero del 2023, según Sunat. Además, obtuvo su registro sanitario en octubre del 2023.
La medida temporal de cierre respondió a los resultados de análisis microbiológico realizado en el Laboratorio referencial de salud LARESA, que concluyeron no conforme para enumeración de bacterias heterotróficas, recuento de coliformes, recuento de pseudomona aeroginosa. En otras palabras: era agua embotellada que no cumplía los estándares de calidad ni salubridad.
Otra de las empresas cerradas temporalmente, en mayo del año pasado, por los especialistas de Diresa fue la empresa de agua de mesa Cataleya, cuyo representante es Óscar Suquilanda Cornejo, por no contar con registro sanitario. Pero no solo eso. En la inspección también se comprobó la falta de condiciones sanitarias, así como una infraestructura deteriorada en el local.
Falta de higiene en los locales de producción
En febrero del año pasado, las autoridades sanitarias también inspeccionaron el local de la empresa “Villa del Norte”, dedicada a la producción de agua de mesa sin gas y microfiltrada; y le dejaron recomendaciones: limpiar el local, que el personal tenga indumentaria completa; pintar el tanque de agua tratada, evitar el óxido y la contaminación del producto. Asimismo, señalaron que deberían asear los diferentes ambientes; mejorar la iluminación y ventilación en el área de envasado; desinfectar los depósitos de los residuos sólidos; e implementar un manual de buenas prácticas.
Unas semanas después, el equipo de la Diresa volvió al local y comprobó que había levantado las observaciones, de acuerdo con la norma DS 007-98/ SA, Ley de Inocuidad 1062 y su reglamento. Ese mes también se realizó la inspección al local de la empresa agua de mesa sin gas ‘Fresh’, a la que los técnicos realizaron observaciones relacionadas con paredes deterioradas, falta de cortinas y parihuelas donde colocar los bidones, así como incluir en el rótulo la fecha de vencimiento del producto. Sin embargo, en una segunda inspección, la empresa ya había levantado las observaciones. Otra de las empresas supervisadas fue agua de mesa ‘Del Polo’, a la que también se le encontraron varias carencias en sus instalaciones.
Al respecto, el especialista Miguel Ruiz señaló que, si bien por las altas temperaturas ha aumentado el consumo de agua embotellada en el norte peruano, es importante que los usuarios se aseguren de que el agua de bidón que están comprando procede de fuentes seguras y cuenta con registro sanitario y todos los permisos correspondientes. Prevenir e informarse es la clave en temas de salud pública.