Las ventas en el corazón comercial de Piura han caído en un 50%, según denuncian los comerciantes afectados por la ejecución del proyecto de pistas, veredas y drenaje pluvial en el centro histórico. Lo que debía ser una obra de mejora urbana se ha convertido, aseguran, en un golpe directo a la economía local y al sustento de cientos de familias.
“Desde que rompieron las pistas, las ventas se han desplomado. Ya he tenido que despedir personal porque no me alcanza para pagar sueldos”, cuenta Luis Quiñones, empresario con dos negocios en la zona. “Nos han condenado a morir, así de simple. Nadie puede ingresar, los camiones no pueden abastecer los tanques de gas y no hay un cronograma claro de trabajo”, lamenta.
El panorama se repite en distintos puntos del centro. Calles cerradas, polvo, zanjas y veredas intransitables son el nuevo paisaje que enfrentan tanto clientes como trabajadores. Los empresarios aseguran que no hubo un proceso de socialización previo ni se informó sobre los impactos reales que tendría la intervención en sus actividades comerciales.
“Esto es una burla. Las obras de este tipo deben socializarse antes del expediente técnico, no después de romper las pistas”, critica otro de los asistentes a la frustrada reunión de socialización, realizada ayer en el Colegio de Ingenieros de Piura.
“Aquí nadie sabe cuándo empiezan ni cuándo terminan. Son 540 días de obra, pero con los adicionales y lluvias podría extenderse hasta cuatro años. ¿Quién aguanta eso?”, agrega.

Sin respuestas ni presencia institucional
Durante la reunión convocada por los comerciantes, no asistieron representantes del Gobierno Regional de Piura ni de la Municipalidad Provincial, entidades responsables de concebir y financiar el proyecto. Tampoco se lograron acuerdos concretos con la empresa contratista ni con la supervisora.
“No hubo consenso alguno. La Municipalidad, que es la que debió dar la cara, no se presentó. Tampoco el Gobierno Regional. Entonces, ¿con quién se supone que debemos dialogar?”, cuestiona Carolina Ramos, abogada y asesora de varios negocios afectados. “Desde hace tres días las ventas han caído en un 50% y seguimos bajando. ¿Dónde están las autoridades que deberían defendernos?”, agrega.
El malestar de los comerciantes va más allá de las pérdidas económicas. Denuncian que la falta de planificación ha vulnerado derechos fundamentales como el libre tránsito, el acceso al trabajo y la salud. “Acá viven adultos mayores que no pueden salir de sus casas. No hay rampas, no hay acceso, no hay señalización. Esto no es una mejora, es un retroceso”, enfatiza uno de los vecinos.

“Una obra sin previsión”
Durante el encuentro, representantes de la empresa ejecutora admitieron que aún enfrentan interferencias técnicas relacionadas con redes eléctricas, de agua y telecomunicaciones, lo que retrasará la ejecución de varios tramos. “La entidad recién nos respondió las consultas técnicas el 7 de noviembre. A partir de ahí corren los plazos para elaborar un expediente adicional”, explicó el ingeniero residente de Jubers SAC, quien precisó que el proceso podría tardar más de un mes, manteniendo paralizado el proyecto durante ese tiempo.
Mientras tanto, los comerciantes anuncian que evaluarán acciones legales y medidas de protesta, incluyendo una acción de amparo para suspender la obra. “Esto se puede parar si se demuestra que se están vulnerando derechos fundamentales. Y eso está más que claro”, afirmó una de las abogadas presentes.
Los comerciantes anuncian que evaluarán acciones legales y medidas de protesta, incluyendo una acción de amparo para suspender la obra.
A menos de seis semanas para la Navidad, la temporada más importante para el comercio local, los empresarios del centro de Piura sienten que el proyecto de drenaje pluvial los ha dejado fuera de juego. “No va a haber campaña navideña. No hay acceso, no hay clientela, no hay condiciones. Y lo peor es que nadie nos escucha”, resume una comerciante.
Las calles del centro, que solían llenarse de luces y compradores, hoy lucen vacías y valladas. Y mientras los trabajos avanzan sin claridad sobre su cronograma real, los piuranos que dependen del comercio ven desvanecerse, día a día, su principal fuente de ingresos.