Norte Sostenible

Desplazados climáticos: América Latina enfrenta sus primeras reubicaciones costeras

El cambio climático está impulsando migraciones significativas en diversas regiones del mundo, debido a fenómenos como el aumento del nivel del mar, las continuas sequías, las tormentas severas y las temperaturas extremas. Según el Informe sobre las Migraciones Mundiales 2024, se estima que para 2050, más de 216 millones de personas en seis continentes se desplazarán dentro de sus países debido a estos efectos. El documento destaca que la migración se utiliza como una estrategia para enfrentar y adaptarse a los impactos adversos del cambio climático. Sin embargo, la efectividad de esta estrategia depende de las circunstancias de las personas y hogares que se movilizan, así como de la participación y capacidad de decisión de los migrantes.

Por ejemplo, en Bangladesh, las inundaciones y el aumento del nivel del mar están desplazando a comunidades costeras. En las islas del Pacífico, países como Kiribati y Tuvalu enfrentan riesgos similares, lo que ha llevado a algunas comunidades a considerar la reubicación permanente. En África Subsahariana, la sequía y la desertificación en Somalia y Sudán del Sur están forzando a las personas a migrar en busca de agua y tierras cultivables. En Siria, una sequía prolongada antes de la guerra civil desplazó a muchas personas de las zonas rurales a las ciudades, exacerbando las tensiones. En Estados Unidos, zonas como Luisiana y Florida están viendo desplazamientos debido a huracanes y el aumento del nivel del mar. En India y Pakistán, las olas de calor extremas y la escasez de agua están provocando migraciones internas significativas.

Foto: Sebastián Castañeda.

“Las sequías han empeorado en los últimos años, lo que ha provocado escasez de agua, incluso para actividades como el riego. Los problemas de gestión del agua a través de las fronteras —, particularmente entre Kirguistán y Tayikistán —, han alimentado cada vez más las tensiones y han provocado enfrentamientos violentos. También ha habido informes de enfrentamientos violentos entre agricultores en las regiones de Uzbekistán, Namangan y Surkhandarya, por los recursos hídricos”, señala el documento.

En América Latina, estos fenómenos afectan gravemente la agricultura y las fuentes de agua, forzando a las personas a abandonar sus hogares en busca de mejores condiciones de vida. Los países más afectados en la región incluyen Brasil, Paraguay, Bolivia, Guatemala, El Salvador, Nicaragua, Honduras y otras naciones de la región andina y Centroamérica, donde la degradación ambiental y las sequías prolongadas están empeorando las condiciones de vida.

La situación global subraya la necesidad urgente de políticas efectivas y cooperación internacional para mitigar los efectos del cambio climático y apoyar a las comunidades afectadas, con el fin de evitar su desplazamiento forzado.

La Organización Meteorológica Mundial y el Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático coinciden en que la migración debido al cambio climático aumentará en las islas pequeñas, incluido el Caribe.

En 2022, las inundaciones en Brasil desplazaron a más de 700,000 personas, y en Colombia, la lluvia y las inundaciones causaron 281,000 desplazamientos por desastre. En Chile, los incendios forestales en el desierto de Atacama en enero de 2023 llevaron a la evacuación de más de 7,500 personas.

¿Cuál es la situación en Perú?

En Perú, el cambio climático está intensificando la migración interna, particularmente en las regiones amazónicas a lo largo de los ríos. El país ha avanzado en la legislación sobre la reubicación planificada como respuesta a los impactos adversos del cambio climático. A principios de 2023, el ciclón Yaku causó inundaciones generalizadas en la región norte de Perú, lo que llevó a la declaración del Estado de Emergencia. Estas inundaciones resultaron en numerosas muertes, la destrucción de propiedades y el desplazamiento de muchas personas. 

Foto: Sebastián Castañeda.

Seis años antes, en 2017, el fenómeno El Niño costero causó la muerte de 162 personas y dejó 286 mil damnificados, 1.5 millones de afectados, además de infraestructura destruida. En Piura, más de 10 mil damnificados fueron desplazados por las lluvias. Marcharon de sus zonas de origen en caravanas, con el agua rozando sus torsos, en tinas, en balsas de madera, a hombros, en dramáticas escenas luego del desborde del río Piura. 

Se reubicaron en dos campamentos improvisados que entonces eran de arena caliente, cerca de la carretera Piura-Chiclayo: allí levantaron con esteras, palos y calaminas, sus hogares que, en la actualidad, se han convertido en sus residencias permanentes. Otros damnificados de los distritos de Castilla y Piura también fueron reubicados por las lluvias.  

En la actualidad, siete años después de aquella tragedia, Piura sigue vulnerable: con un caudal de 2 mil m3 por segundo, el río Piura volvería a desbordarse, han advertido los especialistas. Las obras de prevención y definitivas, para evitar una nueva catástrofe, no están listas. La población solo espera que no llueva como en 2017 o el año pasado, porque sería una desgracia para el norte peruano. 

Un panorama desolador 

El Caribe, compuesto por las Antillas Mayores y Menores y las Islas de Barlovento y Sotavento, es extremadamente vulnerable a los impactos del cambio climático. El huracán Ian causó 80,000 desplazamientos en Cuba en septiembre de 2022, y el huracán Fiona provocó 94,000 desplazamientos en la República Dominicana y Puerto Rico.

En América del Norte, tanto Canadá como Estados Unidos también son vulnerables. En junio de 2023, decenas de miles de personas en Canadá fueron desplazadas y millones de acres fueron quemados debido a incendios forestales. En Estados Unidos, el huracán Ian provocó más de 300,000 desplazamientos, principalmente en Florida.

«Ya estoy lista para irme», dice Mayka mientras guía a voluntarios del gobierno y del ejército para sacar sus pertenencias de su casa de paja y madera. Las trasladan por las estrechas calles de la isla hasta el puerto, donde las suben a lanchas para la mudanza.

En el Océano Pacífico, desastres como ciclones tropicales, erupciones volcánicas y sequías causan desplazamientos significativos. En 2021, los ciclones Ana y Bina desplazaron a más de 14,000 personas en las Islas Salomón, Vanuatu y Fiji. Los pequeños estados insulares del Pacífico, donde la mitad de la población vive a menos de 10 km de la costa, también son vulnerables al aumento del nivel del mar y la erosión costera, lo que provoca desplazamientos significativos​

La Organización Meteorológica Mundial y el Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático coinciden en que la migración debido al cambio climático aumentará en las islas pequeñas, incluido el Caribe.

Foto: Sebastián Castañeda.

Los desplazados climáticos

Recientemente en Panamá, la amenaza del cambio climático ha obligado a los primeros desplazados climáticos oficiales a abandonar su hogar. Este fenómeno se refiere a personas o grupos forzados a dejar sus casas debido a los efectos devastadores del cambio climático, ya sean eventos extremos como inundaciones y huracanes, o procesos más lentos como la desertificación y el aumento del nivel del mar.

En una histórica y emotiva reubicación, alrededor de 1.350 indígenas gunas de la isla Gardi Sugdub, parte del archipiélago de Guna Yala, fueron trasladados en lanchas rápidas a tierra firme. Este evento, conocido como Operación «Dulup» (Langosta en lengua guna), marca un hito importante, aunque con una década de retraso, y plantea muchas interrogantes sobre la adaptación al cambio climático.

Mayka Tejada, una mujer de 45 años, nació, creció y ahora huye de Gardi Sugdub, una pequeña isla del Caribe panameño que se volverá inhabitable debido al aumento del nivel del mar. Mayka es parte del primer grupo de indígenas guna que las autoridades panameñas están reubicando en tierra firme, en una histórica mudanza llamada Operación “Dulup” (Langosta en lengua guna).

«Ya estoy lista para irme», dice Mayka mientras guía a voluntarios del gobierno y del ejército para sacar sus pertenencias de su casa de paja y madera. Las trasladan por las estrechas calles de la isla hasta el puerto, donde las suben a lanchas para la mudanza.

Gardi Sugdub, con 1,300 habitantes, pronto quedará sumergida por el aumento del nivel del mar, una consecuencia directa del cambio climático. Esta isla, la más densamente poblada del archipiélago panameño de Guna Yala, mide solo 300 metros de largo y 120 de ancho. La comunidad vive en casas precarias sin energía eléctrica, aunque algunos tienen generadores y paneles solares.

Los Guna, conocidos por su autonomía y fuerte conexión con sus tradiciones, dependen del turismo y sus paradisíacas playas. Sin embargo, el cambio climático y el hacinamiento los obligan a mudarse nuevamente, esta vez a tierra firme.

En junio de 2024, la operación “Dulup” involucró a diversas agencias gubernamentales para trasladar a los habitantes de Gardi Sugdub a un nuevo complejo habitacional en tierra firme. Esta mudanza, además de ser un desafío logístico, representa un cambio cultural significativo para los Guna. Las nuevas viviendas, aunque modernas, no permiten clavar las hamacas tradicionales y presentan desafíos en cuanto al espacio y la convivencia.

«Nos vamos porque no me alcanza para dormir acá ya con mis hijos. Allá voy a tener mi cuarto en la barriada», dice Mayka en su limitado español, refiriéndose al hacinamiento más que al cambio climático.

Foto: Sebastián Castañeda.

Panamá está reubicando a 300 familias gunas de la isla Gardi Sugdub a una nueva barriada en tierra firme llamada Isberyala. Este nuevo complejo, con una inversión de 12 millones de dólares, cuenta con infraestructuras modernas pero enfrenta desafíos culturales, ya que las viviendas no permiten colgar hamacas y son más pequeñas.

El ministro Roger Tejada y otros funcionarios subrayan que la mudanza busca preservar la cultura guna, permitiendo acceso a áreas de cultivo y pesca. Sin embargo, el historiador Atilio Martínez y la organización Human Rights Watch advierten sobre los retos culturales y la necesidad de preservar las tradiciones.

Educadores de la isla destacan el beneficio de la mudanza para mejorar la calidad educativa, aunque enfrentan desafíos logísticos en el traslado. Algunos residentes, como Daleyka Hernández y Valerio Aguilar, prefieren quedarse en la isla, preocupados por el impacto del cambio en sus costumbres.

El cambio climático está aumentando los desplazamientos en América Latina, con millones de personas afectadas por desastres naturales. Un informe del Internal Displacement Monitoring Centre señala que Brasil y Colombia lideran en desplazamientos por inundaciones e incendios. La ONU advierte que las comunidades costeras en la región son especialmente vulnerables a la crisis climática.

La operación “Dulup” es un experimento a gran escala de reubicación climática, y sus resultados serán cruciales para futuras decisiones sobre otras islas en riesgo. Mientras tanto, los Guna se preparan para un nuevo comienzo en tierra firme, con la esperanza de que su espíritu y cultura permanezcan intactos.

En la actualidad, más seres humanos son desplazados debido al cambio climático. Historias como la de Mayka Tejada, una mujer de 45 años que ha visto cómo su hogar, en una pequeña isla del Caribe panameño, se ha convertido en una amenaza inhabitada por el aumento del nivel del mar, son cada vez más frecuentes. Ella, junto con otros miembros de la comunidad indígena guna, viven una mudanza histórica: la Operación “Dulup”, que busca reubicar a su gente en tierra firme. Mientras tanto, ¿cuál es la situación en Perú?

8 agosto, 2024